lunes, 25 de marzo de 2013

Hacerse…, el suizo


“Hacerse…, el suizo”




   Bueno, bueno… Comenzamos la llamada y esperada “Semana Santa”.

   Llamada así por la tradición aunque, personalmente no estoy tan seguro que las fechas coincidan con los eventos celebrados. No lo sé y quizá algún día dedique tiempo a investigarlo.

   Esperada con ansias por muchos, entre ellos:

a) Los empleados: Es un tiempo para olvidarse del trabajo.

b) Los niños: Es una oportunidad para salir de paseo.

c) Las esposas: La oportunidad de compartir en familia.

d) Los comerciantes: Es tiempo de ventas.

e) Los religiosos: La oportunidad de mostrar “respeto”.

f) Etcétera, etcétera, etcétera: X razones.



   Por mi parte, no quiero parecer religioso ya que efectivamente, no lo soy, y le pido encarecidamente a mi Dios que me libre de semejante “vestuario”. Sin embargo, y a pesar de correr el riesgo de ser tildado como tal, quiero escribir de lo que, precisamente, se celebra (o debo decir se “recuerda”) en esta época: El sufrimiento de nuestro señor Jesucristo pero, no en el sentido común, es decir, aquel que nos hace llorar de remordimiento, compasión o simplemente sintiendo lástima porque, creo con certeza que todo eso, mi Señor NO LO NECESITA. Tal vez nosotros sí, para disminuir y liberarnos un poco del peso que podamos cargar en nuestro corazón al habernos dado cuenta que hemos sido (si es que no lo seguimos siendo) unos brutos ya que, como dijo alguien, quizá cada estupidez que cometemos, cada falta, cada pecado se convierte en una estocada más en el padecimiento que sufrió pero, si algo quisiéramos hacer para compensarle tanto sufrimiento que Él como humano padeció, lo que necesitamos hacer es algo completamente diferente, es decir, en vez de lamentar deberíamos VALORAR su sacrificio. Y ¿cómo hacerlo?

   Hace algunos años, para el día de mi cumpleaños recibí de una de mis hermanas una tarjeta como regalo, muy sencilla y graciosa por cierto, pero lo más gracioso fue la inscripción que comenzaba en la portada. Decía: “Hoy es el día de tu cumpleaños por eso te compré un regalo y me gustó tanto, pero tanto… (Tuve que abrirla para completar la frase) Que decidí quedarme con él. Así que recibe solo mis felicitaciones”

   Y, me quedé sin regalo…

   Lo que quiero decir es que un regalo que tienes para alguien debe, tiene que gustarte demasiado para que decidas no darlo y quedártelo.

   El sacrificio de Cristo es un “regalo” pero, este regalo es tan especial que deberías tomarlo aunque no te guste o aunque te duela y te haga llorar, simplemente porque LO NECESITAS.

   La Biblia Dice:


Isaias 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.


1ª Juan 1:7… y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.



   Recuerda que todos padecemos esa enfermedad llamada pecado.

   La Biblia dice:


Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

1ª Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

1ª Juan 1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

   Entonces, definitivamente necesitamos ese regalo ya que es nuestra cura.

   Por otro lado, creo que nadie despreciaría el regalo que alguien que le ama le ofrezca. Por sencillos que sean siempre valoramos más que el regalo, el gesto, la intención aunque, si es algo valioso procuramos quedarnos hasta con la mano de quien nos lo da.

   Después de todo, un regalo recibido implica un sacrificio de quien lo da, como en la siguiente historia.

   Una pareja de jóvenes estaban muy enamorados y se iban a casar. Unos meses antes de la boda, la novia tuvo un accidente y quedó con el rostro totalmente desfigurado.

   “No puedo casarme contigo”, le comunicó en una carta a su novio. “Quedé marcada y muy fea para siempre. Búscate a otra joven hermosa como tú te mereces. Yo no soy digna de ti”

   A los pocos días la muchacha recibió esta respuesta de su novio:

   “El verdadero indigno soy yo. Tengo que comunicarte que he enfermado de la vista y el médico me dijo que voy a quedar ciego... Si aún así estás dispuesta a aceptarme, yo sigo deseando casarme contigo”

   Y se casaron y cuando lo hicieron, el novio estaba ya totalmente ciego. Vivieron 20 años de amor, felicidad y comprensión. Ella fue su lazarillo, se convirtió en sus ojos, en su luz. El amor les fue guiando por ese túnel de tinieblas.

   Un día ella enfermó gravemente y cuando agonizaba, se lamentaba por dejarlo solo entre esas tinieblas.

   El día que ella murió, él abrió sus ojos, ante el desconcierto de todos.

   “No estaba ciego” - dijo- “Fingí serlo para que mi mujer no se afligiera al pensar que la veía con el rostro desfigurado. Ahora mi amor descansa en ella” 



   En esta época, esta historia vino a mi mente porque cuando la leí me sorprendió al ver lo que un humano, por amor humano es capaz de hacer. Además, me recuerda lo que Dios con su amor divino ha hecho por nosotros. Personalmente, es una pasión, un deleite extraordinario para mí conocer de Dios y conocer a Dios tanto que, cuanto más lo conozco más lo admiro y más lo amo, pero hay algo que me hace llorar porque realmente no puedo comprender y la historia anterior me lo refleja. El joven, a pesar del rostro desfigurado de su novia, algo bueno tuvo que encontrar en ella para haber sacrificado, no su vista porque siempre la tuvo, sino que su visibilidad a la cual renunció con tal de estar con ella. Siempre me he preguntado por qué Dios nos ama tanto, hasta haber llegado al sacrificio que se conmemora hoy porque “buena pieza", no somos.


   La Biblia Dice:


Eclesiastés 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

Isaías 1:4-6 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 


Isaías 1:21-23 ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.
Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua.
Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 



Isaías 41:29 He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.



Romanos 3:10-18 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
Su boca está llena de maldición y de amargura.
Sus pies se apresuran para derramar sangre;
Quebranto y desventura hay en sus caminos;
Y no conocieron camino de paz.
No hay temor de Dios delante de sus ojos.



   Y…, mejor ya no sigamos


   Sin embargo, por otro lado…

  

    La Biblia Dice:


Deuteronomio 7:6-8 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;  sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.


Deuteronomio 7:13-16 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.
 Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.
 Y consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.


Juan 13:1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

Romanos 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Efesios 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

Efesios 5:2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a símismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Romanos 5:6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
Filipenses 2:5-6 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,  el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 
Filipenses 2:7-8 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;  y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 

2Tesalonisenses 2:16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,

Apocalipsis 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,


   ¿Entiendes? Su sacrificio no consiste solo en su muerte, sino que también en haberse despojado de su gloria, humillación sin deber nada, traición, desprecio, etc., etc.

   Ahora lee la parte más conocida de la Biblia:

Juan 3:16-17 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
   ¡Qué diferencia, no? Es allí donde la pregunta surge dentro de mi cuando veo el tremendo contraste de todo lo que ya leímos, ¿Por qué Dios nos ama tanto hasta sacrificar a su hijo por la humanidad que es “una llaga podrida”? Es incomprensible. Hasta Pablo lo afirma.

   

   La Biblia Dice:

Romanos 5:7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 

   Eso somos nosotros los humanos, pero Cristo...

Romanos 5:6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.



…, nosotros no somos ni siquiera buenos, mucho menos justos. 

   La única respuesta que encuentro a mi pregunta es la siguiente:


   La Biblia Dice:


Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

1Juan 4:9-10 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 
 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 

1Juan 4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.



   Así que, si al leer la historia anterior valoraste el sacrificio que el joven hizo por amor ¿Qué dirías del sacrificio de Cristo?

   Lo único que  se es que yo no lo merecía, no lo buscaba, no me interesaba y aun así ese regalo estaba esperando a que lo aceptara..., y lo hice. 





   Pero…, y ¿qué con el título?



   Ahora lo explico.



   En mi país hay expresiones coloquiales que las usamos para decir con elegancia y respeto algo que dicho de la manera real resultaría ofensivo. Esta frase (hacerse el suizo) es una de ellas y a mi me la dijeron para decirme que me estaba haciendo el tonto. Otros dicen “te haces el suizo” queriendo decir que por conveniencia nos hacemos los disimulados ante las cosas dañinas y feas. Nos dan a entender que fingimos no conocerlas

   Ahora bien, en la historia que referí anteriormente, el joven, con tal de casarse con su amada también se “hizo el de los panes” “se hizo el suizo” ante el rostro desfigurado de su novia. Esa es la razón del título, pero…, me pregunto ¿acaso no hizo Dios lo mismo frente a todo lo que su misma palabra describe que es la humanidad?


   ¿Recuerdas como la describe? “…hinchazón y podrida llaga…” y aun así llevó sobre Él nuestras culpas. Aun siendo pecadores, se sacrificó por nosotros. 



   ¿Es eso lo que se rememora en esta época?



   No llores por lo que Él hizo. No te lamentes por su sacrificio ya que ha sido beneficioso para muchos, incluyéndome a mi, por lo cual estoy sumamente agradecido con Dios y, aunque sé que jamás podré pagarle por su gran amor, tan solo intento desde mi ínfima existencia, mostrarle que valoro tanto su sacrificio y perdón y, que es por eso que intento que tu también le recibas si aun no le tienes en tu corazón.


   Con su sacrificio, Jesucristo nos mostró que estaba dispuesto a “hacerse el de los panes” ante toda nuestra podredumbre.


   Jesucristo está mostrando con su sacrificio que está dispuesto a hacerse el ciego ante toda nuestra fealdad, tan solo pide que le aceptemos como Salvador y Señor.


   El pago, ya está hecho. Él mismo lo dijo: Consumado es”(Juan 19:30). El sacrificio ya está hecho. 


   Y para muchos como yo, su sacrificio realmente valió la pena.



   Hoy, no solo rememores sin valor lo que él hizo. No te quedes solo con la historia de su padecimiento.



   Haz que también para ti su sacrificio VALGA LA PENA.



Recíbele en tu corazón, hoy.


   ¿Quieres hacerlo? Tan solo dile a Jesús: 




   " Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal. Creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar a su hijo a morir en mi lugar. Gracias Señor Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús he orado. Amén.




   Bienvenido a la familia de Dios.




   Ten en cuenta lo siguiente: 




   “Yo, sólo espero poder ser bendición en tu vida pero Cristo, espera que le demos la Honra y Gloria siempre a Él. Recuerda que, sin Él, no somos nada.”




   Espero tus comentarios, aunque no te conozca... Pero, si te has decidido por Cristo: ¡NOS VEMOS EN EL CIELO!

   ¡Bendiciones!

   “A ti sea la Honra y Gloria, Señor Jesús"

un servidor: arnulfo deras 

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